Maison Mumm
Conozca la historia de esta icónica maison de elaboración de champagne.
1827
EN EL CORAZÓN DE CHAMPAGNE DESDE 1827
1840
TERRUÑOS Y CALDOS
1852
LA DINASTÍA MUMM
1876
CORDON ROUGE: EL NACIMIENTO DE UN ICONO
1900
EL “CHAMPAGNE DES SOUVERAINS”
1920
RENÉ LALOU, EL VISIONARIO
1957
ROSE DE LEONARD FOUJITA
2009
EN LAS MESAS DE LOS MEJORES CHEFS
1827
EN EL CORAZÓN DE CHAMPAGNE DESDE 1827
Las primeras páginas de la legendaria elaboración de vinos de Maison Mumm se escribieron mucho antes de 1827, la fecha oficial de su fundación. La familia Mumm, cuyo linaje incluye barones y caballeros, se remonta al siglo XII. Ya en 1761, la familia había iniciado un negocio de producción y venta de vinos ubicado en Colonia, Alemania, nombrado “P.A.Mumm” por su dueño Peter Arnold Mumm. La empresa era dueña de enormes viñedos en el valle de Rhine, donde se creaban sus vinos.
A inicios del siglo XIX, los tres hijos de Peter Arnold Mumm, Gottlieb; Jacobus y Philipp, notaron el potencial de ventas de los impresionantes vinos espumosos que se producían en la región de Champagne en Francia. Dado que Alemania y Francia se encontraban en buenos términos en ese momento, los hermanos Mumm tomaron la atrevida decisión de establecer una nueva sucursal de la compañía familiar en la región de Champagne, además de establecer una oficina sucursal en Reims con la ayuda del representante local, G. Heuser.
Desde el comienzo, la calidad era el factor clave para los socios de esta nueva entidad conformada en 1827, y se ha mantenido de esa forma para todos sus sucesores. Este enfoque puede resumirse en el lema acuñado por Georges Hermann Mumm: “Solo lo mejor”.
1840
TERRUÑOS Y CALDOS
Con una superficie total de viñedos clasificada en un impresionante 98 % en la escala de calidad del champagne, los viñedos de Maison Mumm incluyen 160 hectáreas clasificadas como Grands Crus y están situadas en ocho aldeas históricas cuyas uvas son una expresión de toda la autenticidad de los mejores terruños de la región de Champagne: Aÿ, Bouzy, Ambonnay, Verzy, Verzenay, Mailly, Avize y Cramant.
Muy al inicio, Maison Mumm reconoció la importancia de establecer un sistema para garantizar la más alta calidad y de supervisar cada etapa de la producción, desde las prácticas de cosecha de las uvas en todos los viñedos hasta el crucial proceso de prensado.
La Maison demostró su capacidad para estar a la vanguardia, así como su fuerte compromiso con el terruño, que no ha flaqueado jamás a lo largo de los siglos, al instalar las prensas de vino directamente en los viñedos, una innovación que simboliza su compromiso con la calidad que permanece hasta el día de hoy. Así, en 1840, cuando la empresa adquirió sus primeras parcelas ubicadas en Verzenay, se construyó e instaló al mismo tiempo una prensa de vino, que todavía se usa en la actualidad.
Maison Mumm también introdujo una política de suministro sin precedentes en ese momento: adquirir uvas directamente de los viticultores en los mejores viñedos en lugar de jugo sin fermentar. Este enfoque permitió que la compañía identificara la calidad de las uvas, además de prensarlas para elaborar el jugo por su cuenta. De esta forma, se forjaron colaboraciones genuinas con los viticultores, a quienes la Maison pidió “solo lo mejor”.
1852
LA DINASTÍA MUMM
Los von Mumm son una de las familias nobles más antiguas de Alemania, cuyos ancestros se remontan a la Edad Media. Fue en el siglo XVIII que su historia se cruzó con la elaboración de vinos. En 1761, Peter Arnold Mumm decidió establecer un negocio en Colonia como productor y vendedor de vinos. Le heredó esa pasión a sus hijos Jacobus, Gottlieb and Philipp, quienes, a su tiempo, se volvieron los pioneros en la industria de champagne francesa en ascenso. Más allá de la frontera, establecieron operaciones en Reims y crearon oficialmente su Maison de champagne en 1827.
En 1852, Georges Hermann Mumm, hijo de uno de los fundadores, tomó las riendas de la empresa, que en adelante se conocería como G.H.MUMM et Cie. Sentó los cimientos para una estrategia de negocios que se enfocara en la excelencia al momento de establecer los viñedos de Mumm. De mente abierta y defensor del progreso social, instituyó un sistema de prix de vertu y primas de infortunio, diseñado para proporcionar ayuda económica a los trabajadores desfavorecidos debido a la edad o alguna discapacidad.
Inspirado por la aventura inicial de los padres fundadores de la compañía, Georges Hermann Mumm viajó incansablemente por todo el mundo, por toda Europa y lugares tan lejanos como Australia y Nueva Zelanda para vender sus champagnes. Ya a principios del siglo XX, la empresa contaba con una veintena de sucursales en los principales mercados del mundo, incluido el de Estados Unidos, Rusia y Canadá, además de Brasil y Perú. La mejor creación de Georges Hermann Mumm fue sin duda el famoso “Cordon Rouge”, que tuvo su primer lanzamiento en 1875.
Se mantiene como el símbolo de calidad de Maison MUMM incluso hasta nuestros días. La familia Mumm, también reconocida por su receptividad a las nuevas ideas y por su apetito por los desafíos, incluye a varias figuras célebres entre sus miembros, no solo en el campo de la elaboración del vino. Por ejemplo, el aviador Walther von Mumm, quien participó en las primeras pruebas de dos monoplanos junto con Louis Blériot. Walther von Mumm también fue un campeón de bobsled y su equipo de cuatro hombres compitió en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1932.
1876
CORDON ROUGE: EL NACIMIENTO DE UN ÍCONO
En 1876, Georges Hermann Mumm tomo una decisión que moldearía el destino de su Maison de champagne. Con el fin de rendir homenaje a sus prestigiosos clientes, hizo decorar el cuello de cada botella de su Cuvée Brut con una cinta de seda roja. Esta decoración se inspiró en las bandas rojas concedidas a las personas distinguidas que reciben los más altos honores franceses, la Ordre Royal et Militaire de Saint Louis y el Grand Cordon de la Légion d’Honneur.
Más allá del impacto visual del Cordon Rouge, esta decisión hizo que Maison MUMM se definiera firmemente como embajadora del espíritu de Champagne, en reconocimiento a sus logros. MUMM Cordon Rouge aparece en las obras de los artistas de carteles de principios del siglo XX, así como en las páginas de la famosa serie de historietas de Hergé que narra las aventuras del intrépido niño reportero Tintín. Además, forma parte de las pinturas de Utrillo y Foujita e incluso aparece en algunas películas. A menudo, MUMM Cordon Rouge ha sido la elección de personalidades destacadas al momento de salir a cenar o celebrar, y sigue estrechamente relacionado con las creaciones de chefs premiados.
1900
EL “CHAMPAGNE DES SOUVERAINS”
Ilustres familias reales de toda Europa, incluidas las de Austria-Hungría, Bélgica, los Países Bajos, Prusia, Dinamarca, Suecia y Noruega, quedaron cautivadas por el estilo de Maison MUMM.
Al ser proveedor oficial de Champagne para la realeza británica en 1904, MUMM ganó por primera vez un lugar de honor en el banquete del Día del Derby que se sirvió en el Palacio de Buckingham ese año. Para conmemorar este honor, la Maison preparó una etiqueta especial con la frase “G.H.MUMM et Co., Champagne des Souverains” que muestra los escudos de armas de sus clientes más eminentes.
Hasta el día de hoy, Maison MUMM es un proveedor oficial de champagne de Su Majestad la Reina Isabel II, como lo demuestra la Royal Warrant que adorna el cuello de sus botellas.
En 1900, cuando Cordon Rouge entró al mercado inglés, el lema solía ser “el más costoso y por ello, el mejor”. La Maison MUMM siempre ha vendido su champagne a precios relativamente elevados. Cuando se fundó Maison MUMM en 1827, había champagnes disponibles en el mercado francés a 2,75 francos al por mayor, mientras que la nueva empresa vendía sus productos a 3,50 francos.
Ese es el precio que se paga por la calidad superior. Con la determinación de enfocarse en el mercado de exportación, la Maison vio crecer sus ventas de medio millón de botellas en 1879 a tres millones en 1913, lo que la convirtió en la primera Maison de champagne de la época.
1920
RENÉ LALOU, EL VISIONARIO
Fue en 1920 cuando René Lalou se convirtió en miembro de la Junta Directiva de Mumm. Para este visionario, el terruño y la calidad eran fundamentales para el desarrollo continuo de la empresa. Al llevar a cabo una reorganización a gran escala de los viñedos de la compañía, restableció cariñosamente las parcelas míticas y adquirió viñedos Grand Cru adicionales. Estuvo al frente de G.H.Mumm durante casi cincuenta años y fue la fuerza impulsora esencial detrás del desarrollo de la empresa en el siglo XX. Es imposible hablar de René Lalou sin mencionar el arte. Esteta y mecenas ilustrado, vinculó personalmente la historia de G.H.Mumm con la de la pintura del siglo XX. Destacados artistas como los pintores Utrillo y Foujita compartieron su talento con creaciones duraderas para la marca.
Su filosofía se puede resumir con el famoso lema de Georges Hermann Mumm, que blasonó en todos los contratos de la empresa: “Solo lo mejor”.
Cuvée Réné Lalou se creó en honor al legado excepcional de este gran hombre. Solo se hicieron nueve añadas de este preciado champagne y se produjeron entre 1966 y 1985. Estas botellas son tan preciadas que suelen alcanzar precios elevados en las subastas de coleccionistas de vinos, pero algunos de los mejores restaurantes del mundo, aunque pocos, todavía ofrecen Cuvée René Lalou en sus menús.
En 2007, el maestro bodeguero decidió revivir este mítico champagne y rendir así su propio homenaje a esta importante figura, con Cuvée R. Lalou 1998. Excepcional en todos los sentidos, esta cuvée se elaboró a partir de las mismas variedades de uva, que fueron cultivadas en las mismas parcelas que las de su célebre antepasado. Le siguió una añada de 1999. La leyenda continúa…
1957
LA ROSA DE LÉONARD FOUJITA
Cada botella de Mumm Brut Rosé es una revelación de una auténtica obra de arte: la rosa que embellece el tapón que cubre la parte superior de su corcho, firmada por el pintor japonés Léonard Foujita, que volvió de Francia su hogar.
Al llegar a París por primera vez en 1913, Foujita, quien rápidamente se hizo amigo de Picasso y Apollinaire, se convirtió en uno de los artistas más populares de Francia entre guerras. Tras un período nómada, se instaló definitivamente en el país que lo adoptó a principios de la década de 1950.
En 1957, René Lalou, presidente de Maison Mumm, buscaba un símbolo para reforzar la imagen de su champagne rosado. Como ávido coleccionista de arte, le pidió a Foujita que trabajara en una idea que el artista presentó en forma de acuarela. “La rosa de Léonard Foujita” acababa de nacer.
La rosa selló el vínculo de amistad que existía ya entre los dos hombres. Foujita se convirtió al cristianismo y se bautizó en Notre-Dame de Reims, con Lalou como padrino, quien luego le ofreció una parcela en Reims, cerca de la Maison Mumm. El artista hizo que se construyera una capilla en la propiedad, misma que él mismo diseñó y decoró. Este espectacular lugar aún puede visitarse hoy en día.
2009
EN LA MESA DE LOS GRANDES CHEFS
“Solo lo mejor”. El lema de Georges Hermann Mumm sin duda podría ser también el de los grandes chefs de todos los tiempos. Esta mentalidad compartida explica en gran medida la fuerza del vínculo que une el champagne de Mumm y la alta cocina.
Es una relación que se ha nutrido a lo largo de los años, como lo demuestran las botellas que Mumm producía en el siglo XIX, personalizadas para los principales restaurantes y hoteles. Incluso en ese momento, el champagne de Mumm se mencionaba con frecuencia en las publicaciones que incluían las opiniones de los principales críticos culinarios y que estaban añadidas a los menús de las recepciones a las que asistía la alta sociedad. La marca también mantuvo excelentes relaciones con las principales asociaciones gourmet profesionales de la época.
Al tanto de la importancia de este patrimonio, Mumm organiza desde 2009 “Menus de Légende”, un inigualable evento gastronómico anual que fusiona el champagne y alta cocina. Para la edición de 2011, se invitó a una variedad de chefs con estrellas Michelin, incluidos Jean-Pierre Vigato, Paul Bocuse y Michel Sarran, para que reinterpretaran los menús de cuatro de sus ilustres predecesores: François Vatel, Antonin Carême, Auguste Escoffier y Fernand Point. Cada chef dio así un aire renovado a las creaciones de estos genios gastronómicos, que están en perfecta armonía con los champagnes de Mumm.